Disquisiciones de año nuevo para escritores noveles II


  • Mario R. Cancel
  • Escritor

III: Atardecer

Entonces te gustaría que te mencionaran con reverencia por todas partes. Que tu nombre resonara como un eco sugerente del momento en que la tertulia  de La Bombonera descorcha una botella, y otra botella y otra botella…Que te trataran como a un García Márquez, un Vargas Llosa, o una Isabel Allende. Acaso como a un López  Nieves, un Laguerre, o una Esmeralda Santiago. Podría ser, pero no sucede con regularidad. Incluso, estarías dispuesto a transar porque te tratarán como a un Rodríguez Juliá o un Luis Rafael Sánchez aunque resultará mucho  más incómodo porque se trata de dos duros, dos duros de verdad: te lo han asegurado, no es fácil ser un duro. La Cultura Postmoderna es una máscara blanda, fluida y desechable, desechable.

Entonces soñarás con la difusión internacional de la obra, hecho que  se confunde con la propaganda obstinada. Piensas que si envías una nota digital sobre la magnitud de tu obra diez veces al mismo destinatario,  terminará fijándose en ti y se rendirá a tus pies. Imaginas que si  un panita cliquea  Me gusta en Facebook,  otra gente hará lo mismo y le gustará: la gente de la Era Global es mimética. Si muchos cliquean  Me gusta, otros lo cliquearán para equipararse al primero: confías en el efecto dominó, en el absurdo de la moda. Quizá nunca leerán tu libro pero al menos habrán testimoniado que les gustó.

Entonces recurrirás al turismo cultural. Nadie te invitará a hablar de tu libro fuera de los amigos más íntimos en tu país. La Gira de Prensa de tu editor incluirá un viajecito a una república vecina cuyos gastos de tercera clase pagarás tú mismo. Te pesará en la tarjeta de crédito, pero el ego vale la pena, se siente levísimo.  Nadie te reconocerá cuando vayas por una calle de la Capital o la Ciudad extranjera que visites, pero la anonimia y la fama se confunden en esta Era Global en que todo se vale. Podrás pagar para te incluyan en una antología internacional de encargo y te darán veinte ejemplares del volumen a vuelta de correo. E incluso podrás leer poemas en Machu Picchu muy cerca del cielo andino, o en las Islas Galápagos, tras la cola de Darwin y mirando las primitivas tortugas.

Escribir

IV: Nocturno

Al final de tu día / vida, si no te erigen un monumento por lo menos podrás alardear de poseer  un gravatar en Facebook… o un avatar en Yahoo o en Wii. Acabarás pensando que te representa y que, en efecto, hasta se parecerá a ti. Lo verás como un homenaje inmerecido y merecido a la vez: estos son tiempos de incertidumbre, lo sabes Mario. Entonces podrás hacer lo que quieras: la Postmodernidad es un chance para la Libertad. Ya lo sabes todo: lo importante es el Mercado. Si el Mercado decide qué es un buen libro por la estadística de ventas, ya no tienes que hacer un libro bueno sino uno que se venda. Cuando se venda será bueno. Ya los sabes, vivimos tiempos de incertidumbre. La Mano Secreta de Adam Smith se ha develado: el viejo tenía razón. No, no se trata de Dios, ni de la Razón, ni de la Naturaleza: es el Mercado.

Bostezarás y te sentirás viejo. Tu avatar no, nunca envejecerá. Te tomarás un trago tranquilizador: tu avatar acabará la botella. Alguna ventaja representa. Al fin podrás conversar con tu doppelganger y no lo verás como una ser oscuro u otro, sino como si fueras tú mismo fuera de ti, desdoblado. Lo/te buscarás entre tus/sus posesiones sin poder encontrarlo. Dudarás de su/tu existencia. Incluso dudarás de que tú seas tú. El impostor te habrá tomado. Te sustituirá donde tengas que ir a la Gira de Prensa cuando publiques tu próximo libro. Mientras, el que se quedó atrás descansará o leerá algún texto inútil en su/tu Reader.

Mario, tú que eres un académico. Oye, lo que te voy a decir: todos los lugares son aptos para hablar de literatura y de libros: la universidad tal vez no. Resígnate: lo único que te hace escritor es escribir. Espera otra vez tu turno al bate.

Este escrito ha terminado…

Disquisiciones de año nuevo para escritores noveles I


  • Mario R. Cancel
  • Escritor

I: Temprano en la mañana

Claro que te lo dije Mario. Hace tiempo ingresamos a la Era Global. La Cultura Postmoderna es una máscara inmensa, inmensa. Los Medios Masivos de Comunicación  controlan la balanza del bien y del mal. La dirección hacia donde tiende la  misma es indistinta: son tiempos de Incertidumbre. Resulta paradójico: un analista político se ha convertido en una autoridad respetable, casi sacerdotal. Vale tanto como la de un Astrólogo en la época de la Nueva Era.

Para los escritores la situación resulta inédita. Cada vez resulta más fácil publicar un libro. Estamos en la Era del Libro a la Carta: lo quieres de este tamaño, con tantas páginas y en esta cantidad: se puede. Lo deseas producir hard o soft,  en este medio o en aquel otro o tal vez artesanal: se puede. Si lo deseas será en Combo y Agrandado, también.  El editor te preparará una Gira de Prensa que siempre llegará a las puertas de La Revista de El Nuevo Día y en perfecto rebote golpeará las de Cultura Viva. Allí deberás elaborar tus ruegos y aguardar que la Dama de las Dolencias  te mencione o a que te inviten de buen grado a conversar ante las cámaras de un programa que casi nadie ve en la televisora del gobierno. La regla es aceptar todo lo que digan de tu libro aunque no hablen de tu libro. Hay que tener babilla, resistencia o el cuero duro.

Mario es increíble. Cambian los partidos de gobierno, los administradores de la cultura, los ejecutivos del corifeo de las academias pero eso no cambia.  A veces, si te gusta, te animarás a un segundo esfuerzo. Todo ello, bien articulado, te abre las puertas de la inmortalidad…

Diálogo imposible

II: Mediodía

Pero la Inmortalidad también ha sido inseminada por la Era Global. La Cultura Postmoderna es una máscara fugaz, muy fugaz. La inmortalidad dura más o menos cuatro semanas: lo dicen las letras pequeñas de la marca manufacturada ahora en China. Ese periodo de tiempo será suficiente para que termine la Gira de Prensa que planeó tu editor. No habrá sido fácil: la misma se realizará  tras de múltiples súplicas incoherentes y llamadas de atención. Recuerda que no eres Calle 13 ni Tito Kajak .  Tampoco eres el Chuchin ni la Gárgola de Guánica. Siempre te quedarás con hambre de más.

Pero también es el tiempo suficiente para que todos los pocos, poquísimos, que estén dispuestos a reconocer tu obra, celebren la misma como la mayor proeza jamás leída. Incluso tal vez decidan, dadas las condiciones mistéricas envidiables de la no-lectura, archivarlo en un rincón inhóspito del anaquel de la biblioteca sin haberlo leído. La lógica de la Era Global es atroz: un libro no-leído siempre será perfecto, lo crucial es comprarlo. Como ya no hay libros intonsos, nadie sospechará jamás que los que vociferan las virtudes de la Opera Prima, celebran lo que ignoran  cuando hablan de ti. Puede parece patético pero a nadie extrañaría el episodio. La escritura y la lectura son un acto de fe seamos Modernos o Postmodernos. Pero es que lo mismo han hecho con dios y el big ban, a quién le importa. En el mejor de los casos acabará tu obra en  una caja innominada depositada en el closet más oscuro. Las Bibliotecas son demasiado Modernas para ser Postmodernas.  Estos son tiempos de incertidumbre.

Esas cuatro semanas más o menos será el tiempo suficiente para que tú evoluciones de autor satisfecho y genio envidiado por todos los pares, a ser preterido por la ralea literaria que tú presumes te envidia la originalidad. Incluso te sentirás en condiciones de pelear con tu editor. Pero pronto regresarás a la banca y aguardarás por un nuevo turno al bate cuando alguien te haga la más mínima seña.

Este escrito continuará…

A %d blogueros les gusta esto: