Disquisiciones de año nuevo para escritores noveles I


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I: Temprano en la mañana

Claro que te lo dije Mario. Hace tiempo ingresamos a la Era Global. La Cultura Postmoderna es una máscara inmensa, inmensa. Los Medios Masivos de Comunicación  controlan la balanza del bien y del mal. La dirección hacia donde tiende la  misma es indistinta: son tiempos de Incertidumbre. Resulta paradójico: un analista político se ha convertido en una autoridad respetable, casi sacerdotal. Vale tanto como la de un Astrólogo en la época de la Nueva Era.

Para los escritores la situación resulta inédita. Cada vez resulta más fácil publicar un libro. Estamos en la Era del Libro a la Carta: lo quieres de este tamaño, con tantas páginas y en esta cantidad: se puede. Lo deseas producir hard o soft,  en este medio o en aquel otro o tal vez artesanal: se puede. Si lo deseas será en Combo y Agrandado, también.  El editor te preparará una Gira de Prensa que siempre llegará a las puertas de La Revista de El Nuevo Día y en perfecto rebote golpeará las de Cultura Viva. Allí deberás elaborar tus ruegos y aguardar que la Dama de las Dolencias  te mencione o a que te inviten de buen grado a conversar ante las cámaras de un programa que casi nadie ve en la televisora del gobierno. La regla es aceptar todo lo que digan de tu libro aunque no hablen de tu libro. Hay que tener babilla, resistencia o el cuero duro.

Mario es increíble. Cambian los partidos de gobierno, los administradores de la cultura, los ejecutivos del corifeo de las academias pero eso no cambia.  A veces, si te gusta, te animarás a un segundo esfuerzo. Todo ello, bien articulado, te abre las puertas de la inmortalidad…

Diálogo imposible

II: Mediodía

Pero la Inmortalidad también ha sido inseminada por la Era Global. La Cultura Postmoderna es una máscara fugaz, muy fugaz. La inmortalidad dura más o menos cuatro semanas: lo dicen las letras pequeñas de la marca manufacturada ahora en China. Ese periodo de tiempo será suficiente para que termine la Gira de Prensa que planeó tu editor. No habrá sido fácil: la misma se realizará  tras de múltiples súplicas incoherentes y llamadas de atención. Recuerda que no eres Calle 13 ni Tito Kajak .  Tampoco eres el Chuchin ni la Gárgola de Guánica. Siempre te quedarás con hambre de más.

Pero también es el tiempo suficiente para que todos los pocos, poquísimos, que estén dispuestos a reconocer tu obra, celebren la misma como la mayor proeza jamás leída. Incluso tal vez decidan, dadas las condiciones mistéricas envidiables de la no-lectura, archivarlo en un rincón inhóspito del anaquel de la biblioteca sin haberlo leído. La lógica de la Era Global es atroz: un libro no-leído siempre será perfecto, lo crucial es comprarlo. Como ya no hay libros intonsos, nadie sospechará jamás que los que vociferan las virtudes de la Opera Prima, celebran lo que ignoran  cuando hablan de ti. Puede parece patético pero a nadie extrañaría el episodio. La escritura y la lectura son un acto de fe seamos Modernos o Postmodernos. Pero es que lo mismo han hecho con dios y el big ban, a quién le importa. En el mejor de los casos acabará tu obra en  una caja innominada depositada en el closet más oscuro. Las Bibliotecas son demasiado Modernas para ser Postmodernas.  Estos son tiempos de incertidumbre.

Esas cuatro semanas más o menos será el tiempo suficiente para que tú evoluciones de autor satisfecho y genio envidiado por todos los pares, a ser preterido por la ralea literaria que tú presumes te envidia la originalidad. Incluso te sentirás en condiciones de pelear con tu editor. Pero pronto regresarás a la banca y aguardarás por un nuevo turno al bate cuando alguien te haga la más mínima seña.

Este escrito continuará…

2 respuestas

  1. Cuesta trabajo contestar un escrito inacabado por la razón misma de su condición de criatura en crecimiento. Así que vamos a esperar, don Mario, a que nos presente al invitado en pleno para decir una o dos cosas al respecto, porque, en todo rigor, a mi va dirigido el mensaje. JSC

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  2. Mario, el «like» que le di a tu «link» es sincero. Compartí las dos partes de tu escrito para que fuera fácil a mis amigos de FB y a mí encontrarlas. Las leí dos o tres veces en una lavandería suburbana neoyorquina, abierta 24/7 mientras mi gente y yo lavábamos y secábamos como si no estuviéramos a punto de despedir un año más. En serio.

    Antier recibí tu «We the people» que, junto a la más reciente novela de Elidio, me llegó más que los otros pocos presentes que he recibido y que no son de papel. Como con cada libro que compro o recibo de regalo leo y aprendo, con el tuyo hago lo propio. Creo que me servirá para orientarme en lo que escribo que, a lo mejor, terminaré pagando para publicarlo y que, con suerte, alguien leerá y aprenderá cosas que no sabía, como tantas son las que estoy aprendiendo de ti.

    Recibe un abrazo cordial de un lector, y mil gracias por tu regalo.

    José Oquendo
    Freeport, New York

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